viernes, 25 de septiembre de 2009

Fuegos de Septiembre



Antes que nada aclaro que este es un blog de rock salteño y sólamente van a encontrar data de lo que respecta a la música de acá. Lo que sigue a continuación es una excepeción que adoptó el estilo de una especie de crónica que trata de resaltar lo máximo que se vió en la noche del Indio Solari el 19/09/09. Obviamente, contando lo que se vió relacionado, también, a la música de estos lares.


Para el que no se enteró todavía, el Indio Solari tocó en Salta junto a su banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado el pasado sábado 19 de septiembre en el Estadio Martearena y la provincia se llenó de fanáticos de Los Redondos desde todos los puntos del país. Ya los días previos al show se podía sentir la energía de la gente y ver remeras y remeras con la cara del Indio como estampa principal: a esa altura, al leer Indio era más seguro relacionarlo con el ex frontman de los Redondos que con éste Indio.
Esta especie de cronista humilde (el que les escribe) presenció el multitudinario show y sigue vivito y coleando para contarlo:



A las 10:00 de la mañana de ese día sonó la alarma del celular, despertándome de un sueño en el que me encontraba debatiendo con Wayar cuál era el mejor disco de Ricky Maravilla en la época en que todavía no se daba con pastillitas de mentas... Me despabilé un poco frente al espejo del baño y llamé al estadio para ver cómo iba marchando la cosa y si ya estaban listas las benditas acreditaciones para los que suponemos que somos "la prensa". Me mandaron a cagar al grito de "¿quién te creés que sos? ¿Gustavo Vaccarella?" y me cortaron abruptamente, mientras yo empecé a sentir que iba a tener que desenvolver los 80 mangos que salía la entrada…si es que quedaban todavía. Por suerte, cerca del mediodía me llamó el colega Diego Maita y me dijo que me prepare que en 5 minutos estábamos yendo al estadio. No me dio tiempo ni de decirle que los de la organización me mandaron a cagar y me cortó. Recién 4 horas después nos encontrábamos camino al Martearena en un remis trucho que al final nos terminó afanando cobrándonos intereses y un recargo porque hicimos que se meta en medio del quilombo de gente y de autos que habían en las aproximaciones del estadio.

Nos bajamos del auto y ya fuimos testigos de un hecho 100% redondo: unos 6 o 7 ricoteros habían rodeado a uno que tenía la remera del Electric Circus y, mientras agitaban sus brazos hacia arriba, le cantaban a los gritos "prendé la bengala, prendé la bengala que si no lo hacés, te la prendemos nosotros". Tomé a Diego del brazo y lo alejé de la zona que si seguíamos ahí pronto nos iban a rodear a nosotros y pedir que le cantemos una de Gilda.
Nos dirigimos hasta boletería y, un poco escondidos, logramos sacar a los empujones dos pulseritas de color mostaza que indicaban que éramos prensa. La noche empezaba a caer en el Estadio y la fila que había para ingresar era interminable, así que con mi colega decidimos colarnos por algún filtro de la cola: en el transcurso de lo planeado un ricotero me empujó hacia el medio de la fila, alejándome de Diego, quien accidentalmente armó un pequeño pogo al empujar a dos tipos con la remera de la Negra Poly.

Mientras me acercaba al control para entrar al estadio, me agarran de la muñeca donde tenía la pulsera y me empujan hacia afuera de la fila. Era Carmela, una organizadora del recital que mientras enfilábamos hasta el acceso del estadio me iba diciendo "¿cómo una persona como vos, Tony Lopez, vas a hacerte semejante fila? encima sos de prensa, vení que te hago pasar por acá". Evidentemente me había confundido con el Tony, pero al ver que la confusión me otorgaba beneficios casi únicos, me quedé callado y así pude entrar a la carpa V.I.P del show que estaba ubicada detrás del escenario.

Al entrar, lo primero que veo a mi izquierda es a dos de
las 5 Voces que se disputaban el último sandwichito de miga de ternera y ricota, a la ocasión. Las ignoré un poco (el sandwich de miga me llamaba la atención) y seguí paso adelante. Tirado sobre un puff rojo estaba el Salchi de Perro que me miró como diciendo "no te acerqués que estoy así de comida". En eso estaba cuando sentí que alguien se refería a mi y era, nada más que menos que el Chaqueño Palavecino. Por suerte, no hablé mucho con él porque estaba un poco entretenido con su copa de vino tinto y creo que me hablaba pensando que yo era otra persona. Justo detrás mío estaban los Luka Makonia rompiendo los puffs rojos con unos tramontinas modelo 012 afilados al estilo bisturí. Les pregunté porqué lo hacían y los tres me respondieron a coro que el Chaqueño les dijo que adentro de los puffs habían discos inéditos del Indio. No quise saber más y me acerqué a Carmela y le pregunté cuánto faltaba para que empiece el show, a lo que me respondió que ya había empezado hace como 3 temas. Tomé el último sorbo de mi vaso de gaseosa, lo dejé en el bar y me dirigí a toda velocidad hacia el escenario en donde ya se escuchaban los acordes finales de "Martinis y Tafiroles".

Al llegar me topo de frente con un plomo del tamaño de un ropero colonial que me pide la identificación; le muestro la pulserita y, luego de analizarla detalladamente con su mirada me deja pasar un poco desconfiado.
Detrás del escenario todo era a las corridas. "El Pibe de los Astilleros" terminaba y yo me sentía un suertudo de estar ahí nomas, cerca de toda la acción... Hasta que el mismo plomo que me dejó entrar me agarró del cuello de la remera y me tiró para atrás, empujándome hacia las vallas que aguantan a la gente: "rajá de acá, vos no sos de la organización" me dijo y me arrojó hacia el costado del campo. Tan mal no la pasé. Me fui un rato a la platea y saqué un par de fotos hasta que la chispa de una bengala me cayó sobre el brazo, logrando una foto muy movida del campo repleto de gente; una foto que si uno la observa durante 5 minutos y luego parpadea repetidamente mirando hacia una pared logra ver una imagen de los Alucinema siendo perseguidos por los Teddy Krueger por la calle San Luis.

"Cruz Diablo!" estaba en los últimos segundos y aproveché para meterme en el campo, casi en frente del escenario. En eso veo que el plomo que me había hecho volar al campo ahora estaba sacando a las patadas al ex nochero Jorge Rojas, envuelto en la melancolía del folklore y de las copas de más.


Cuando el final llegó con "Ji ji ji" tuve la suerte de presenciar lo que se considera
el pogo mas grande del mundo, y de recibir una patada en las costillas, un manotazo en los huevos, un trozo de un tetrabrick por la cabeza y un cabezazo en las rodillas que me dejó tirado en el piso. Todos empezaban a retirarse después del gran final mientras yo seguía tendido sobre el césped pidiendo oxígeno extra cuando veo que Diego se acerca y me levanta a la orden de "si no nos vamos pronto, los del Estadio van a soltar los perros adiestrados para los partidos del cuervo".

Ya de pie empezamos a alejarnos de a poco del recinto. A la salida vimos como una de las 5 Voces le afanaba el vaso de vino a un ricotero que estaba durmiendo sobre la playa del estacionamiento, a lo que empezamos a huir con las energías que nos quedaban hacia la parada del colectivo. Otra vez nos colamos en la fila para meterse en una unidad del 1A que al final nos terminó dejando en el Parque San Martín, cerca de un puticlub… así: sin energías y sin un mango.

Algunos videos (pocos pero videos al fin):




El Indio en plena escena. De fondo Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado (*)


(*) foto gentileza de algún sitio de la web

Texto, fotos y videos por Pablo Choke Torramorell

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente nota, Pablo.
Realmente me encantaron las descripciones flasheras. Gonzo Journalism ftw!